miércoles, 9 de febrero de 2011

Instantes robóticos

Lo bueno de un ciclo es la reinvención pero lo mejor de la historia es que establece los pioneros. Mucho antes de que se viera la música electrónica como una excusa para el pasatiempo, ya para los años 70 se jugaba con el sonido electrónico y se experimentaba vocalmente con un propósito verdaderamente artístico, donde el minimalismo era protagonista y donde letras tan simples junto con un ambiente que pudiera ser considerado 'kitsch' por mucho, te puedan hacer pensar más allá hasta de lo que quizás el mismo artista quisiera plantear.

En este caso, viendo el ambiente que se vive en nuestra sociedad, me vino a la mente el grupo alemán de electrónica Kraftwerk y en específico una canción llamada "The Robots" del album "The Man-Machine" de 1978, donde en su presentación se mezcla la simpleza de crear sonido con la adaptación de instrumentos y la frialdad de crear caracteres con misiones dictadas, todo recogido en una letra que básicamente dice: "Cargamos las baterías y estamos llenos de energía/Somos robots/Funcionamos automáticamente y bailamos mecánicamente/Soy tu esclavo/Soy tu trabajador/Estamos programados para solo hacer/Todo lo que desees". Todo esto en medio de tiempos de la Guerra Fría, teniendo génesis en la versión alemana de la canción, pero en su versión internacional mezclando el inglés con el ruso.

Quizás solo nació de la necesidad de crear, pero de la misma manera que se diseña un bien se puede planificar un mal y el destino hace que se crucen esas circunstancias. "The Robots"...

lunes, 17 de enero de 2011

Amparo Expósito


Ocho vidas al día no son suficientes. Todavía queda una por atender pero en el calendario de las excusas siempre hay espacio para la posposición. "No hay problema", dijo esa voz melancólica que usualmente es la que le habla antes de poder conciliar el sueño. Era evidente que la cita tenía que suceder, sin embargo la diferencia es que esta vez la impaciencia se hizo sentir y de seguro se lo iba a recordar de la manera más tajante. La ciudad se le antojaba a pesar de esos dieciséis ojos que echaron a perder el pronóstico de un día totalmente soleado. "¿Qué más da, no? A las seis de la tarde no vale la pena darle la bienvenida al sol" se dijo a si misma. Amparo Expósito era de esas personas que hacían de la evasiva un arte: el planteamiento era evidente pero abierto a la subjetividad de todo aquel que emitía su opinión sin tener realmente idea de cuál fue el génesis. Y así, encarcelada entre las fronteras que solo aparecen en la clase de geografía, convirtió ese lugar de medio millón de personas en el refugio ideal.

Para ella era orgásmico desafiar los controles sociales y era todo un reto evitar convertirse en ese dígito que ofreciera un panorama de perfección. Autodidacta, era su propio empleador, no votaba ni conducía y disfrutaba de darle cariño a su huerto casero. Aun así, los rayos del sol eran dedicados a las historias que luego armaba bajo los baños de luna. Para la tarde de hoy tenía una cita con el banquillo de la plaza en el centro del pueblo. El banquillo del centro comercial era su predilecto pero ya había visto demasiado: en síntesis, la gente iba en masa a encontrarse con una falsa necesidad. Ver ese lugar tan lleno confirmaba su sospecha sobre la desdicha con la que se encontraba la gente al llegar a sus casas, que no eran más que paredes y pisos repletos de futuro que no merecían llamarse hogar. A esta hora sería común encontrar a la dama que repudia el chisme sintonizar ese canal donde hablan de todos con la misma sensibilidad con la que un médico te dice que a tu madre le quedan cuarenta y ocho horas de vida. Quizás a esa hora estaría el caballero que aspira a un mundo mejor viendo un noticiero que le muestra una realidad cruda de su país y al cual le parecen despreciables sus compatriotas: eso, sin internalizar que su aversión cancela sus buenas intenciones, porque de concretarse harían de ese caballero el futuro dictador del terruño.

Amparo estaba consciente de todo esto y cada vez que pasaba un auto o una persona cerca de ella en la plaza reafirmaba su pensar, y a la misma vez se enamoraba de la idiosincracia. De alguna manera extraña el desbalance de las personas la energizaba y llegaba un momento en el que ni siquiera era necesario intercambiar palabras, y la compañía -a dos o a más- junto con el silencio le regalaban una complacencia inexplicable. La gente solía confundir su silencio con timidez y usaba innecesariamente las palabras como cincel, lo cual no le irritaba pero sí le frustraba. "¿Cómo se alcanza la honestidad si la gente tiene miedo de compartir con ellos mismos?" es la pregunta que siempre se hacía. Pero siendo esa mujer que se le hacía más fácil escupir que tragar no se aventuraba a seguir leyendo el listado de preguntas que seguían porque de lo contrario significaba extraviar las llaves del control. La última vez que las perdió fue hace veinte años y todavía podía verse al terminar de cepillar sus dientes. Las once de la noche no era una hora idónea para andar en la calle pero el tiempo vuela cuando la oscuridad despeja los alrededores y hoy la racha de la ducha se terminaría.

Hoy tocaba la tina, y prepararía un té mientras se llenaba. Saboreó cada sorbo mientras miraba esa pared donde escribió 'evolución' de mil maneras distintas. Se acercó a la puerta del baño y vio que ya estaba todo listo: un buen incienso, aparte de una bombilla tenue tenía iluminación provista por velas, el mejor vino de la cava y la tina estaba con el agua tibia, como siempre le gustó. Pero desafortunadamente dio con el reflejo que hace dos décadas evitaba y estalló en llanto. Allí vió el noviazgo que evitó, la vejez a la que le huyó y el listado de preguntas sin ninguna letra minúscula. Entendió que la soledad le concedió el divorcio y se enamoró de ese mar que creó: tan confinado como esos días que, de haber sido dólares, serían esa mala inversión que nadie quiere asumir. Y sumergió sus latidos para escuchar el silencio, y se amparó en el hábitat foráneo... y dejó expósito su cuerpo desnudo en el altar de la inconformidad.

Más tarde que temprano, pero Amparo terminó convirtiendose en ese dígito que siempre pareció esquivar...

domingo, 26 de diciembre de 2010

Desde mi libreta... (Vol. 6)


Hace tiempo que no me ponía a 'repasar la libreta' y si se habla de la vida pues obligatoriamente tiene que recoger tanto momentos chéveres como desagradables, y aunque lleguen esos días desagradables que uno trata de evitar, la musa no es exclusiva a una sola emoción y también se escribe y sale una que otra buena línea. Afortunadamente el día de hoy no me siento así, pero igual no está mal compartir. Del 23 de enero de 2009, un pequeño escrito titulado "Detente"...




Y menos mal que no aguanté el aliento
Hubiera sido tremenda condena
Pero si el triunfo tuyo es mi fracaso
De paso, te digo: no sufro de la estupidez ajena

No me estoy muriendo y la verdad del caso
Es que estoy fluyendo, andando paso a paso
A fin de cuentas cuando la rosa se entrega
La tierra no le da vida y se te muere en los brazos

Payaso es solo quien te hace reir, no el que te ama
Y hay días en que ese afecto es como el soplo a la llama
Quererse es una ciencia y la apariencia difama
Y más grave el error cuando se aferra al drama

Siguiendo la trama, mirando de cerca el reflejo
Podría quedarme perplejo... "detente!"
La conciencia nubla mi mente
Para que yo no diga que no quiso defenderme

Y adiós, latido, aunque este sentido, hoy te echo al olvido
Hace tiempo que no salgo herido
Mejor abandonar la costumbre de antaño
Para evitar futuros daños

Y con el paso de los años aprendí
Que aunque duele que sea así
Mejor perderte a tenerte
Que tenerte y dejarte ir...

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Oshan Pal


Una buena excusa. Veinte dólares de presupuesto, una cámara de fotos y un corillo dispuesto. Una plegaria a Chuíto pa' que regale un día precioso. Cinco sillas, una guagua, tres lagañas y los bikinis listos pa' las pirañas. En el mar de la arena donde todo es posible y tu salvavidas es la futura jamona. "California girls" suena en el iPod dándote una falsa seguridad de status donde tiene un ritmo pegajoso que te gusta pero que si analizaras la letra te darías cuenta que no va a tono con tu comemierdería. Posición de flor de loto porque llegan temprano... caminar de pasarela porque se está llenando. A la hora de la hora no hay reloj que valga, solo el Sol que aprieta y te achicharra las nalgas. La sesión comienza... una Smirnoff, un brinquito, saca el culo y flash. Un upload, una descarga, gafas y una sonrisa falsa. Vívete la película... claro, como es muy tuya no la consideras ridícula.

Es muy fácil decirme "What da fuck estúpido?" cuando te digo todo esto con la mirada mientras estoy pega'o a la verja de zinc orinando el six pack que me bajé esta mañana y que mi aparente exposición deshonesta me desacredita, pero afortunadamente empieza a caer un aguacero que valida mi argumento cuando empiezas a gritar "mi plancha... fuck my life". Fuck my life? ¿En serio? ¿Se te va la vida porque tu pelo quiere estar al natural con la naturaleza o porque invertiste tiempo y dinero de manera desacertada? Decisiones, divina... lo sabrías si fueras más latina. Días como estos te deben recordar que por lo menos un cafre vive y se comporta tal cual es, pero seamos honestos: el "cafre" solo es un producto de la idiosincrasia y tú eres un producto de mercadotecnia.

Ellos vienen y van pero se queda el vaivén. Los nombres nacen, habitan y mueren. Ojalá y mañana se llamara Playa El Sobaco para ver si con bulimia intentas borrar tu estancia. Por el momento hoy cumpliste con la fotografía, pero que no se te haga tarde para cumplir con la vida. ¿Cómo un lugar de disfrute puede generar tanto estrés? De seguro todo empieza por el nombre en inglés...

miércoles, 24 de noviembre de 2010

La comunión de la integración


Casi siempre que tomo un lápiz y un papel estoy acompañado de la música... me atrevería a decir que entre un 90 a 95 porciento del tiempo. El porciento restante es bajo algún impulso de alegría o descontento y ahí las palabras salen con una facilidad increíble. Lo interesante de escribir al compás de la música es que te permite disfrutar de un estado hasta cierto punto utópico donde pones a un lado cualquier tipo de prejuicio y te permites valorar la vida y sus instancias sin reserva alguna. Quizás por eso la gente dice que si la vida transcurriera con una banda sonora -como en las películas- las cosas serían muy distintas a como las vivimos: en un gallinero de imposición. Y bueno, solo quería compartir algunas canciones y/o momentos (con algo de su trasfondo) que hacen del mundo musical uno maravilloso y que permiten que uno siga aspirando a que parte de esos momentos mágicos puedan integrarse a nuestra cotidianidad.


En primer lugar tenemos música de la Calle... no, no es Calle 13, es Calle Real. Es una banda de Suecia, que como está hoy en día compuesta esta desde el 2004 y que se da a la tarea de explorar los ritmos afrocubanos (en especial la timba) y la verdad que están sólidos musicalmente. ¿Quién diría que algún día veríamos a "los vikingos" metiendole caliente a la música como un caribeño cualquiera? Esta canción en particular se llame "Ábreme la puerta" y aparte de tener un ritmo pegajoso, la situación de la letra es bastante cómica y sobre todo muy latina, pero bueno, al final eso es todo etiqueta, ¿no? La canción es del disco "Me lo gané" (que salió en el mercado americano el año pasado) pero en este caso es una versión en vivo para que la experiencia sea más auténtica y que vean que en serio son "de por allá".


En un ambiente más lento, tenemos a Ana Carolina y Seu Jorge, ambos de Brasil interpretando "É isso aí", que es parte del disco "Ao vivo" (En vivo). Ana Carolina es una de las voces modernas más potentes que he escuchado en portugués, y en el caso de Seu Jorge lo vine a conocer primero como actor que como cantante, en la película "Cidade de Deus" (City of God) donde hizo de Mané Galinha (o Knockout Ned, como lo tradujeron en inglés). Esta canción es una versión de "The blower's daughter" de Damien Rice, pero sinceramente me quedo con esta interpretación, donde la 'raza' no es un factor para que haya complicidad y donde el lenguaje no es una barrera cuando el sentimiento trasciende la necesidad de una traducción.


Por último, este es uno de esos momentos donde la música trasciende a la vida misma y queda plasmada para la posteridad. Se trata del dueto que hicieron Barry White y Luciano Pavarotti de "You're the first, the last, my everything", canción original de White, que salió en 1974 como parte del disco "Can't get enough" y que revivieron como parte del "Pavarotti & Friends" del año 2001 en beneficio de Afganistán. ¿A quién se le ocurre juntar disco con ópera? No lo sé, pero cuando hay voluntad lo imposible pierde ese adjetivo y se hace una realidad interesantísima.


Así que la música nos acerca a la sensibilidad y de paso abre una puerta a derrotar los imposibles: añádale un poco de música a su vida y no limite sus experiencias ni con la música ni con la vida misma. ¡Paz y amor!

jueves, 11 de noviembre de 2010

La matriarca


Esta semana en noviembre siempre la tomo de reflexión desde ya hace algún tiempo, pues prefiero darme el lujo de tomar la fecha de mi inicio y no el final de año como hace una buena parte de la gente. Lo distinto esta vez es que en vez de terminar en una nota serena que propulse la alegría hoy comienzo una nota que escribo a empujones de la tristeza. Mucha gente dice que nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde pero yo sí sabía lo que tenía y no quería perderlo. Sin embargo la ley de vida me levantó esta mañana a bofetadas con el llanto de mi madre. No había palabras que sintiera que la fueran a consolar. Ayer la autora de mis días me dio un abrazo de buenas noches y de felicitación por un año mas de vida y hoy me tocó devolverle uno al saber que la autora de sus días decidió escribir la página final de su diario.

Un diario que durante este año comencé a escudriñar porque ya ella estaba viendo sus páginas borrosas, peligraba su existencia y quería grabar en mi memoria para beneficio de su descendencia. Hace casi 2 décadas mi padre vivió esta situación en carne propia y para mí es muy importante conmemorar la vida del pilar de una casa, porque a pesar de que vengamos de una cultura tradicionalmente machista, es innegable que una madre es el elemento que le da coherencia, unión y sentido a una casa, y en el caso de mi abuela, no es la excepción. Una lucha siempre tiene su sentido y el echar tus hijos adelante hizo que abandonaras un arrabal humilde por una capital convulsa sin dejar a un lado la raíz, y luego abandonar el país por uno de habla confusa sin dejarte a un lado a tí. No te preocupes, encontré a tus ancestros, encontré tus inicios y comprendí tu camino.

Me dolió mucho ver a tu benjamina quebrantada esta mañana pero también en un abrazo pude apreciarla mucho más de lo que ya lo hago, y te agradezco que le hayas provisto las mejores herramientas directas o indirectas para que sea la madre que todos los días tengo el privilegio de disfrutar. No tengo tinta que marque mi piel, pero miro ese color, miro mi pelo y miro mis ojos y ahí tatuaste un legado biológico donde sin equivocación alguna cuando me digan "y tu abuela, ¿a dónde está?" yo tengo una contestación contundente. Tengo tu carcajada contagiosa en la mente, y también una mezcla extraña de sentimientos porque la última vez que te vi con vida fue para celebrar la tuya y ahora pienso en la mía y queda un recuerdo de tu partida. De todas formas, aunque la muerte haya llamado tu nombre aquí se queda tu energía, y eso nadie me lo quita.

Descansa en paz, Doña Esther...

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Haití y Puerto Rico: de un capitalismo las dos alas

capitalizar: "Utilizar en propio beneficio una acción o situación, aunque sean ajenas."



Una línea siempre tiene dos extremos, y por eso existen 2 tipos de capitalismos: el económico y el intelectual. El económico es aquel donde unos pocos advienen muchos recursos y en el trayecto colocan a los que no llegaron al tope de la montaña a su servicio... bueno, servicio es usar un eufemismo, no? Mejor usemos "a su merced". En el caso del intelectual es aquel donde unos pocos adquieren un conocimiento universal bastante detallado que los lleva a intentar ser
pedagogos a cuentagotas, pues consideran que la masa que solo tiene un conocimiento básico no está preparada para asimilar "la verdad".

En ambos casos tienen su grado de codicia, pues en el económico se busca acaparar bienes para que se pueda estar en una falsa paz (bien + estar = bienestar) y a los demás se le requiere una remuneración para tener acceso a recursos que fuera de un sistema deberían ser patrimonio de todos y en el intelectual se busca pretender la posesión de la verdad y el pago de una pleitesía en reconocimiento a salirse de la norma por meramente replantear lo obvio y tener la osadía de

desafiarlo. En ambos, todo se resume en el afán de adueñarse de la libra de pan y si acaso repartir migajas.

De igual manera, tanto en el plano económico como en el intelectual, se destila soberbia: en la primera con la presunción de que poseer más lujos y alhajas significa ser insuperable y en la segunda con la arrogancia de que se tenga un conocimiento meridianamente enciclopédico pero solo se animen a presentar cuestionamientos para lograr la aprobación de una masa y creer que ahí está la clave del éxito... bueno, éxito sería una 'palabra mala' para los intelectuales, mejor usemos "la razón".


Que surja alguien que amenace la oligarquía de posesión material o intelectual genera tanto la envidia de que exista alguien con la posibilidad de ser igual o mejor-peor que tú, según se vea el asunto, como también la ira de que en la carrera de la importancia por mantener una supremacía existe el riesgo de que se desvista un 'santo' para vestir a otro, y por eso se ven en la obligación de ejecutar una filantropía forzada y leída donde quizás no te vistan, alma en pena, pero no dudarán en calzarte.


No basta con la atención, hace falta ser toda una fotografía en ambos para que se concrete la lujuria: que una vida sea un desperdicio y que solo hayan instantes que se atesoren para justificar cualquier atrocidad que le sucede. Fotografía... se conserva un momento, pero

nunca olviden que todo se genera a partir de un negativo.

El deseo se convierte en prioridad pero les da pereza que sea a cuesta de sus vidas, para eso están las ovejas acéfalas, siervas que son dispuestas a placer para satisfacer un deleite que se deforma en obsesión. No se necesita estar en un McDonald's para concretar la gula, pero si lo puedo poseer para añadirle peso al pie en el acelerador de este automóvil metódico que sirve como aplanadora pues es mucho mejor: matamos dos pájaros de un tiro, aunque dos parezca muy poco para las cifras escandalosas que en realidad se manejan.


A fin de cuentas es todo un ajedrez donde se opera a base del miedo y donde quienes juegan asumen la posición de rey y con el empobrecimiento material e intelectual quieren disponer de peones que hagan el trabajo sucio de las agendas que a través de demagogia esconden, pues a fin de cuentas ellos también tienen miedo... de vivir lo que predican, pero no dudan de vanagloriarse del relativo "éxito" que puedan conseguir a través del sudor del de al frente y no de su frente.


Lo curioso es que en la contradicción hay puntos de convergencia. Un capitalista material se pinta de creyente y conservador pero con sus acciones se aleja de las enseñanzas porque eso lo haría 'un ser común más' y un capitalista intelectual se pinta de ateo y disidente en favor de la justicia social pero cuando más empatía percibe más antisocial se vuelve porque hay que mantener la apariencia de la diferencia y castigar a la "acefalía plebeya" con la indiferencia. Recuerden que en una y la otra hay que mantener un margen para establecer un reconocimiento a merecer.


De igual manera unos y otros son adictos al uso de las etiquetas: el material para lo mismo colocarla en productos en la góndola de un supermercado como en el trasero de un pobre porque 'todo tiene un precio' y el intelectual para desacreditar cualquier aportación que no se haya generado a base de su mensaje o agenda. Ambos se alejan de la Biblia pero buscan ser el Génesis y ambos se alejan de la Biblia y están a la espera de provocar el Apocalipsis. Toda una 'divina comedia' como diría Dante, una vida en verborrea donde se rescaten unas sonrisas para resaltar lo gracioso y donde sean producto de la vida misma para ponerle el sello de verídico.


Por eso hoy en día existe un Haití y existe un Puerto Rico. En uno se hace evidente la carencia material para que se use de escarmiento para muchas masas, y en el otro se hace evidente la carencia intelectual para que se use de mal ejemplo de lo que creen ser versus lo que realmente son y mientras tanto se viva en una burbuja de la fantasía, y a fin de cuentas se vuelven ratas de laboratorio de los dos polos. Por eso en los dos lados se castiga con su actualidad su estatus

actual: Puerto Rico siendo víctima de su libertad aparente a través del colonialismo y Haití con su libertad evidente y lo que ha provocado su deseo de independencia: tanto una tierra como la otra
siendo azotada por siglos por las decisiones que otras manos quieren tomar.

Anteriormente los imperios evidentes estaban en Europa, por eso el ejemplo cercano a la miseria era África, "bajo sus pies". En la actualidad el imperio presente está en Norteamérica y la ilustración cercana de la miseria es Centro y Suramérica y el Caribe, "bajo sus faldas". No es casualidad que el pase de batón sea paralelo siempre y que el futuro imperio este en Asia. "Abajo los de arriba y arriba los de abajo" es lo que dicen? Solo queda decir una cosa: Australia y tierras cercanas, "ármense!" como diría Freddy Beras Goyco, en el sentido literal y figurado, o sino pobre de ustedes.


A pesar de todo, yo mantengo la cortesía, porque en mi casa me inculcaron valores y digo "gracias, pero no gracias". Yo soy solo un cronista. Por eso no me molesto en presentarte a Superman, porque ese ya lo conocemos, prefiero presentarte a Clark Kent que es solo un celaje conocido que tiene miedo de mostrarse tal cual es aunque su cara interior sea evidente y la exterior se encuentre hasta en los cartones de leche.


La pelea va apenas por el tercer round y está pactada a doce. Yin yang!