jueves, 11 de noviembre de 2010

La matriarca


Esta semana en noviembre siempre la tomo de reflexión desde ya hace algún tiempo, pues prefiero darme el lujo de tomar la fecha de mi inicio y no el final de año como hace una buena parte de la gente. Lo distinto esta vez es que en vez de terminar en una nota serena que propulse la alegría hoy comienzo una nota que escribo a empujones de la tristeza. Mucha gente dice que nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde pero yo sí sabía lo que tenía y no quería perderlo. Sin embargo la ley de vida me levantó esta mañana a bofetadas con el llanto de mi madre. No había palabras que sintiera que la fueran a consolar. Ayer la autora de mis días me dio un abrazo de buenas noches y de felicitación por un año mas de vida y hoy me tocó devolverle uno al saber que la autora de sus días decidió escribir la página final de su diario.

Un diario que durante este año comencé a escudriñar porque ya ella estaba viendo sus páginas borrosas, peligraba su existencia y quería grabar en mi memoria para beneficio de su descendencia. Hace casi 2 décadas mi padre vivió esta situación en carne propia y para mí es muy importante conmemorar la vida del pilar de una casa, porque a pesar de que vengamos de una cultura tradicionalmente machista, es innegable que una madre es el elemento que le da coherencia, unión y sentido a una casa, y en el caso de mi abuela, no es la excepción. Una lucha siempre tiene su sentido y el echar tus hijos adelante hizo que abandonaras un arrabal humilde por una capital convulsa sin dejar a un lado la raíz, y luego abandonar el país por uno de habla confusa sin dejarte a un lado a tí. No te preocupes, encontré a tus ancestros, encontré tus inicios y comprendí tu camino.

Me dolió mucho ver a tu benjamina quebrantada esta mañana pero también en un abrazo pude apreciarla mucho más de lo que ya lo hago, y te agradezco que le hayas provisto las mejores herramientas directas o indirectas para que sea la madre que todos los días tengo el privilegio de disfrutar. No tengo tinta que marque mi piel, pero miro ese color, miro mi pelo y miro mis ojos y ahí tatuaste un legado biológico donde sin equivocación alguna cuando me digan "y tu abuela, ¿a dónde está?" yo tengo una contestación contundente. Tengo tu carcajada contagiosa en la mente, y también una mezcla extraña de sentimientos porque la última vez que te vi con vida fue para celebrar la tuya y ahora pienso en la mía y queda un recuerdo de tu partida. De todas formas, aunque la muerte haya llamado tu nombre aquí se queda tu energía, y eso nadie me lo quita.

Descansa en paz, Doña Esther...

5 desahogos:

CleopatraBD dijo...

Son tantas cosas. Felicitarte por tu nuevo año. Darte el pésame por tu pérdida. Ser escritores nos remite plasmar con palabras los dolores y esto en parte nos ayuda a manejarlos. Profundo y gracias por compartir.

Bendiciones a todos en tu hogar...

MORFEA dijo...

En momentos como este es dificil encontrar las palabras adecuadas,esas que cuando no tiene que ver con nosotros parecen tan faciles de decir.

Al final las palabras se las lleva el viento,las memorias,los recuerdos,las sonrisas y los abrasos no se van jamas.

Un brindis en honor y respeto por tus memorias,por las sonrisas acumuladas y los abrasos que jamas olvidaras.
Un brindis para celebrar lo que te dejo Doña Esther,por que de tu vida jamas se marchara.

Salud!!

Anónimo dijo...

LAs despedidas no son faciles. Mi progenitor partio este an*o. Se fue un pedazo mio al mas alla. Ley de vida, mas no menos dolorosa, sabiendo que llegara un dia, pero no es lo mismo llamarlo, que verlo llegar. Mi mas sentido pesame a ti y tu familia. Se de los cruceros, se de el legado. Lo que hoy eres lo inicio ella hace tiempo, lo que resta del camino sea un reflejo del legado y de la huella que dejo en ti. Luis, el de tu tia Maria, un abrazo.

Aida Michelle dijo...

¡Coño :(! ¡Un abrazo!

AcoolPRican dijo...

Gracias a todos por sus mensajes y por compartir. Hay dias buenos y malos y es el balance despues de todo: pa' lante! :)